top of page

El primero de ellos se desprende de las equidades que generan inequidad. Aunque conceptualmente es un Código de Minas equitativo, ya que desaparece las distinciones entre pequeña, mediana y gran minería, en la práctica no todos los mineros tienen la misma oportunidad. Para Álvaro Pardo es como poner a correr a un parapléjico con un atleta de alto rendimiento: mientras las empresas tienen plata, abogados, capacidad de influir y de cooptar, un pequeño minero escasamente tiene lo del bus para ir a Ingeominas a preguntar cómo va su solicitud. 

 

El segundo problema proviene de la laxitud del Código, con lo cual ha quedado sujeto a la interpretación del más hábil. Por ejemplo, si una persona quiere acceder a un título minero debe enfrentarse a varios rostros del Estado y lidiar con varias agencias. El problema está en que los empresarios mineros tienen la habilidad de jugar con eso y saben que entre más se contradigan dos funcionarios es mejor para ellos. "La ventana es más grande y por ahí cabe el elefante. Entonces, con todas esas áreas grises juegan", asegura Pardo.

 

En tercer lugar está la legalización de los títulos mineros. Si bien la falta de celeridad de las entidades mineras para agilizar los procesos de legalización es una parte importante del problema, se debe tener en cuenta la forma como se concibió el proceso y los efectos que generó. El hecho de que el minero pudiera continuar con la explotación hasta que la autoridad resolviera su solicitud y mientras tanto quedara protegido de acciones penales, del cierre por parte de las autoridades mineras o ambientales, y siguiera comercializando los minerales —incluso sin el pago de las regalías— generó dos consecuencias indeseadas. La primera, fue que los mineros perdieron el interés por legalizarse, ya que eso les implicaba el cumplimiento de las normas mineras, ambientales y tributarias. La segunda, fue que diferentes actores armados ilegales, incentivados ante la laxitud de las normas y de las condiciones, diversificaron su portafolio de actividades ilícitas.

 

La pregunta es: ¿cómo lograron involucrarse en la minería ilegal? "Se blindan socialmente generando empleos e ingresos, gozan de la simpatía de fuerzas policiales, cooptan con apoyo económico a las autoridades locales. Con lo que han creado pequeños para-estados"                                         Para Pardo, se trata de un fenómeno de aculturación de la ilegalidad, es decir, de aceptación de actividades que aunque ilegales, se toleran en la medida que aportan empleo e ingresos en zonas donde no existe presencia del Estado. 

 

Ante esta situación, el gobierno expidió el                                           el cual le permite a las Fuerzas Armadas destruir la maquinaria y los materiales usados para la minería ilegal. El problema detrás de este decreto es que el gobierno no sabe quiénes son los que hacen este tipo de minería y está persiguiendo a mineros tradicionales que no cuentan con un título o una licencia ambiental. 

 

 

Problemas sociales

Para Mario Valencia, asesor de la mesa de negociación del gobierno con los pequeños mineros, el argumento de perseguirlos porque no cumplen con las normas ambientales no es un argumento políticamente creíble, ya que el Estado nunca se ha opuesto a la minería por cuestiones ambientales. "Este es un Estado que promueve la minería. Es más, promueve la gran minería a cielo abierto. El slogan de la política minera es Colombia país minero, no Colombia país biodiverso o Colombia país de reserva natural", afirma Valencia. Por eso, cuando el gobierno dice que va a combatir la minería ilegal porque está afectando el medio ambiente es inverosímil, ya que no existen antecedentes de que se haya actuado en contra de la minería por razones ambientales. De hecho, la primera actuación dura del Estado fue en el caso Drummond, en diciembre del 2013.

 

Sin duda, los que salen más perjudicados de esta situación son los pequeños y medianos mineros. Valencia lleva cuatro meses en negociaciones con el gobierno y confiesa que no ha habido posibilidad de avanzar porque existe una desconexión entre todas las entidades del gobierno. "Cuando uno se sienta en esas mesas, siente que tiene que negociar con cinco gobiernos diferentes. Es una negociación con el Ministerio de Defensa, otra con el de Minas, otra con el de Ambiente, otra con el de Trabajo. Es imposible llegar a un acuerdo sobre cualquier tema", asegura. 

 

Por otro lado, al declarar la minería como una actividad de utilidad pública e interés social —artículo 13 de la Ley 685 de 2001— se están desencadenando fuertes conflictos sociales, ya que diversas entidades estatales están privilegiando las actividades de extracción por encima de los derechos fundamentales y colectivos de los colombianos; desconociendo la jerarquía de derechos prevista en el ordenamiento jurídico. Este hecho "ha convertido a la minería en una actividad generadora de conflictos sociales, ambientales, económicos y culturales en varias regiones del territorio nacional" 

 

Y es que en Colombia los minerales no solo están en lugares apartados, la mayoría de las veces suelen encontrarse en territorios indígenas y afrocolombianos. Esto hace que las grandes empresas mineras se vean obligadas a negociar sus proyectos con estas comunidades. El siguiente mapa elaborado por                     muestra cómo conviven las comunidades étnicas en Colombia con las diferentes formas de minería, desde la industria a gran escala hasta la más artesanal, y el impacto social que tiene en cada una de ellas.

 

"Un pequeño minero ni siquiera tiene para el bus para venirse a Bogotá a preguntar a Ingeominas cómo va su solicitud"

Mario Valencia, asesor de los pequeños mineros en la mesa de negociación con el gobierno. Foto: Edna Carolina Bonilla

Álvaro Pardo, especialista en derecho minero-energético. Fuente: http://justiciatributaria.co

 

 

 

"Existe una desconexión entre todas las entidades del gobierno [...] Es imposible llegar a un acuerdo sobre cualquier tema".

"La forma como se escribe te da para que sea de una laxitud increíble y los abogados que hay hoy día son impresionantes"

"El slogan de la política minera es Colombia país minero, no Colombia país biodiverso".

Carlos Rodado, ministro de Minas (2010 - 2011)

Investigación de Noticias Uno

Carlos Rodado, ministro de Minas (2010 - 2011)

Parte de esos conflictos sociales se acrecentaron por la incompetencia del área de fomento de la Agencia Nacional de Minería, que básicamente se dedica a resolver los problemas de la pequeña y la mediana minería. En pocas palabras, se encarga de remediar el desorden que quedó de Ingeominas. Sin embargo, hasta el momento no ha presentado ningún documento serio que respalde la legalización de títulos mineros. Con lo cual, existe un gran número de pequeños mineros que están siendo perseguidos y encarcelados por el gobierno. 

 

No se trata de desconocer que en efecto la minería ilegal es un problema real, cada vez más recurrente. Sin embargo, existen mineros artesanales que llevan décadas ejerciendo esta labor, incluso, que la han heredado de sus padres y de sus abuelos, y que no cuentan con un título minero por las razones expuestas anteriormente. Con lo cual, muchos de ellos están siendo confundidos con mineros ilegales, porque así como dice el exministro Rodado es díficil establecer la diferencia entre ilegal e informal.

Así se cruzan los indígenas, los afros y la minería

Informalidad vs Ilegalidad

Según Alejandrino Betancur, representante legal del Sindicato de Trabajadores de la Industria Minera Nacional –SINTRAIMIN–, "La minería no es ilegal, la minería es una labor legal porque es la forma de un ser conseguir el sustento para su familia y para él mismo poder sobrevivir porque el gobierno no ha creado políticas de empleo con las que pueda decir el minero: yo dejo la minería y voy a conseguirme el sustento por otro lado. A los pequeños mineros el Gobierno los ataca, los tilda de guerrilleros, de narcotraficantes y de que hay gente infiltrada".

 

Para Betancur, la razón que explica la minería ilegal es que "los pequeños mineros son gente muy pobre, no tienen con qué pagar un titulo. Si lo exigen, entonces que el Gobierno les dé un subsidio para que ellos tengan la facilidad de obtener un título minero y así tener una mejor vía legal para trabajar. Los pequeños mineros a toda hora están prevenidos de que ya los van a sacar, con el fin de que no logren obtener un título minero".

bottom of page