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Más de siete años han pasado desde que empezó a implementarse este sistema y todavía no se sabe en manos de quién están los títulos mineros ni a quién se le venden los minerales, ya que una vez extraídos las empresas los venden a través de paraísos fiscales a un precio mucho menor. Con base en ese precio, le pagan al Estado colombiano los impuestos y las regalías correspondientes, para después vender el mineral a unos consumidores finales a un precio mucho más alto, sin tener que pagarle nada al Estado. Sin embargo, lo que es aún más grave es que no existe técnicamente la forma de saber cuántos minerales se extraen del país.

 

Problemas económicos

De otra parte, el tema de regalías y exenciones demuestra por qué la "locomotora minera" no traerá, como erróneamente se sugiere, prosperidad para todos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según Rudas, existe una brecha entre el impuesto a la renta asumido por las empresas del sector y el que hubiesen tenido que pagar si no gozaran de las exenciones, deducciones y descuentos que les otorga el régimen tributario. Si bien las deducciones en los impuestos resultan una buena estrategia para atraer inversión extranjera, existe una gran cantidad de detalles que terminan inhabilitando la transparencia del sistema tributario.

 

Otro hecho que demuestra la magnitud de las ventajas tributarias que tienen las empresas mineras en Colombia es que "por cada 100 pesos que declararon por concepto de impuesto a la renta en el año 2011, obtuvieron rebajas de 116 pesos por este concepto"                                      

 

Se puede estimar la enorme ventaja tributaria que reciben las empresas mineras a raíz de un concepto de la DIAN que les permite descontar las regalías de la base de liquidación del impuesto a la renta: como si éstas fuesen un costo de producción y no una participación del Estado en las rentas mineras, tal como establece la Constitución. Por último, pueden identificarse los descuentos por "operaciones adicionales", que no son propiamente costos de producción y que crecen de manera notable, más que proporcional al resto de deducciones  

 

Asumiendo que no hay evasión por parte de las empresas mineras, dichos descuentos permiten ahorros en el impuesto a la renta que sobrepasan con creces lo que las mismas empresas pagaron por concepto de regalías. Hecho del cual se deriva otra serie de problemas. 

 

 

Mario Valencia, asesor de los pequeños mineros en la mesa de negociación con el gobierno. Fuente: justiciatributaria.co

Guillermo Rudas, economista y máster en Economía Ambiental y de Recursos Naturales.

"No sabemos cuántos minerales se extraen del país, no hay forma de saberlo"

Por cada 100 pesos que entre 2005 y 2010 las empresas declararon como impuesto de renta, en el caso del petróleo, se ahorraron 118 pesos por deducciones y descuentos. En minería la brecha es todavía más amplia, pues las empresas ahorraron 203 pesos por cada 100 pesos efectivamente liquidados.  

ONU denuncia que la minería a gran escala aumentó la pobreza en Colombia. Fuente Corporación Nuevo Arco Iris

http://www.arcoiris.com.co/2014/01/onu-denuncia-que-la-mineria-a-gran-escala-aumento-la-pobreza-en-colombia/

"Cerromatoso:

mina rica, pueblo pobre"

Es una ironía. Unión Matoso, uno de los pueblos más pobres de Colombia, colinda con Cerro Matoso, la mina de níquel a cielo abierto más grande del continente. Esta mina, propiedad de BHP Billiton, la compañía minera más grande del planeta según Greenpeace, en tres décadas exportó 910.000 toneladas de níquel, que en ingresos brutos equivalen a 20,9 billones de pesos. En otras circunstancias, estos ingresos supondrían grandes mejoras a las condiciones sociales de los pueblos alrededor de la mina. Lamentablemente, no ha sido asi.

 

Según el reportaje de la Revista Semana,                                                                 ,  los habitantes de Unión Matoso, incluso los que se dedican a trabajar la caña flecha para hacer el sombrero 'vueltiao', se han visto afectados por la mina. Según Luis Simón Márquez Flórez, "es un trabajo doloroso por causa de la escoria que arrojan de la mina". Según él, el viento lleva el polvillo hasta ellos, penetra en sus pulmones, en sus ojos y en su piel. Incomodidades que soportan con entereza, ya que en Unión Matoso no hay un solo puesto de salud, ni alcantarillado, ni siquiera agua potable. "La versión que pasa de boca en boca es que la plata de la mina se extravió en la maraña de corrupción local y regional. La compañía muestra sus libros contables en los que dice que ha girado durante los 30 años de operaciones al Estado colombiano 1.5 billones de pesos por concepto de regalías".





 

 

 

A Julio Enrique Acosta Arcia, de 53 años, le encontraron elementos tóxicos en su cuerpo tras haber trabajado en la mina durante 23 años. Le han hecho 14 cirugías, le descubrieron un cáncer y hoy está en una silla de ruedas. Como Julio Enrique, hay muchos trabajadores más padeciendo el mismo drama, según cuenta el periodista Diego Fajardo en su informe especial para Noticias Caracol.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

"Acosta lidera a 80 exempleados que fueron retirados de la empresa por enfermedades respiratorias, problemas motrices, erupciones cutáneas y accidentes de trabajo. Federman de la Ossa, de 64 años, ingresó en 1971 y se retiró en 2000 con diagnóstico de enfermedad pulmonar. Vive en El Varal, Pueblo Nuevo, y permanece en una hamaca, junto a siete medicamentos que debe consumir las 24 horas. SEMANA hizo un recorrido por la zona y encontró otros casos dramáticos. En Pica Pica, a 40 minutos de Planeta Rica, vive Alfaro Osorio, de 55 años, con enfermedad pulmonar crónica. En Montería, Emilio Soto, quien ingresó a Cerro Matoso en 1980 y se retiró en 2007 cuando le diagnosticaron una dermatitis de contacto crónica. Su cuerpo era una llaga purulenta que producía repugnancia en sus compañeros de trabajo, quienes se lavaban las manos después de saludarlo, decían que estaba podrido, creían que tenía sida" 

De acuerdo a sus testimonios, los exempleados adquirieron estas enfermedades por inhalar gases, por manipular reactivos, por trabajar en los hornos de la refinería y por entrar en contacto con el material que emite la planta en los procesos metalúrgicos del ferroníquel. Pese a la vasta evidencia, La empresa tiene una versión muy distinta. "En los 30 años de operación, 39 personas han presentado enfermedades calificadas como profesionales. De estas, 29 casos corresponden a algún grado de pérdida auditiva".

 

 

Enfermos por la mina

Reportaje realizado por Diego Fajardo para Noticias Caracol.

Otro dolor de cabeza es la falta de un sistema de información que contenga cifras públicas corroborables y que generen confianza. El catastro minero es un auténtico desastre y un foco de corrupción: se han invertido más de 6.000 millones de pesos y sigue sin funcionar.

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